El gobierno del presidente Gustavo Petro oficializó este 20 de agosto en Doha, Catar, la reapertura de las negociaciones de paz con el Clan del Golfo, considerado el grupo armado ilegal más grande y con mayor poder territorial en Colombia.
El anuncio busca retomar un proceso de diálogo que no solo se limite a la firma de un acuerdo, sino que contemple una transformación integral de las regiones bajo influencia del Clan del Golfo, históricamente afectadas por la violencia, el narcotráfico y la ausencia estatal.
Según la delegación gubernamental, esta nueva fase de la mesa de negociación incluirá la participación de víctimas, organizaciones sociales y sectores comunitarios, con el propósito de garantizar que la voz de los territorios tenga un papel central en las decisiones. El gobierno insistió en que la paz total no se trata únicamente de desmovilizar actores armados, sino de cambiar las condiciones sociales y económicas que han permitido su permanencia.
El Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), mantiene presencia en varias regiones estratégicas del país y ha sido señalado por múltiples crímenes, incluyendo desplazamientos, extorsiones y control de rutas del narcotráfico.
La reanudación de los diálogos en Catar abre un nuevo capítulo en la política de paz del presidente Petro, que apuesta por negociaciones internacionales con acompañamiento de garantes y observadores para dar mayor legitimidad y confianza al proceso.
La expectativa ahora se centra en los primeros acuerdos concretos que surjan de esta mesa y en el impacto real que puedan tener en las comunidades más golpeadas por la violencia.
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